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Dog
Está lleno de pulgas que ya casi no puede caminar, ¡tiene mucho dolor!
El otrora brillante pelaje del perro ahora estaba estropeado por un mar de pulgas que se retorcían y sus diminutos cuerpos se deleitaban con su tierna piel con implacable abandono.
Cada paso que daba era una lucha laboriosa, sus movimientos obstaculizados por la incesante picazón y malestar que plagaban cada momento de su vigilia. El peso de su infestación cayó sobre él como una carga pesada, dejándolo sin aliento bajo su asfixiante agarre.
Porque incluso en lo más profundo de su desesperación, el perro se aferraba a la creencia de que, en algún lugar, un alma de buen corazón vendría en su ayuda, ofreciéndole la oportunidad de escapar del tormento que lo mantenía cautivo.
Y mientras cerraba los ojos ante el dolor, se atrevió a soñar con un futuro libre de la agonía de su infestación, un futuro lleno de la promesa de curación, amor y la oportunidad de vivir sin miedo al sufrimiento.