Cuando encontramos por primera vez a estos tres pequeños en la basura, estaban en un estado lamentable. Sus cuerpos estaban cubiertos de calvas, probablemente debido a una grave enfermedad de la piel agravada por las duras condiciones que soportaban.
A pesar de su condición, nos sentimos aliviados de que las pruebas de moquillo canino y parvo resultaran negativas. En el hospital de mascotas, el veterinario recomendó baños medicados para tratar sus problemas de piel. Sin embargo, verlos en tal estado fue desgarrador: ¿cómo podría alguien abandonar a estas criaturas indefensas?
Después de consultar con Dean Chen, un renombrado veterinario, supimos que, si bien su piel estaba afectada, no ponía en peligro su vida. Necesitaban tiempo, cuidados y baños medicados regulares para sanar y hacer crecer su pelaje. Su espíritu resiliente a pesar de su terrible experiencia nos conmovió profundamente.
De regreso a la granja, preparamos todo para su recuperación: baños medicados cada pocos días, comidas nutritivas y un lugar cálido para descansar. A pesar de su incomodidad y los efectos persistentes de su negligencia pasada, comenzaron a confiar en nosotros. Su progreso fue lento pero notable: menos rasguños, más alegría y un vínculo cada vez mayor con nosotros.
A lo largo de este viaje, hemos recordado la resiliencia de estas criaturas inocentes y el poder de la compasión. Su transformación de perros callejeros descartados a sobrevivientes esperanzados nos llena tanto de tristeza por su pasado como de esperanza por su futuro. A medida que se fortalecen cada día, nos comprometemos a brindarles el amor y el cuidado que merecen, asegurándonos de que nunca más tengan que soportar tal abandono.